Tecnología. Seguramente cuando escuchamos esta palabra se nos vienen a la mente imágenes de gadgets y
aparatos como teléfonos y computadoras. O quizás nos imaginamos un futuro tecnológico con autos voladores,
tele transportación, y cualquier cantidad de aparatos surrealistas e imposibles hoy día. ¿Y la ciencia?
Seguramente nos hace imaginar a hombrecitos con lentes y batas blancas, escribiendo fórmulas matemáticas en
un pizarrón, o haciendo experimentos en un laboratorio. Pero, te has detenido a pensar, ¿qué rol juegan estos
dos conceptos en el desarrollo de los países?
La ciencia, se puede definir como el conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el
razonamiento. Básicamente la ciencia es lo que el hombre hace para poder describir y entender el mundo y los
fenómenos que le rodean. ¿Y por qué es importante? ¿Por qué nos interesa saber el por qué de la manzana
cayendo en la cabeza de Newton? ¿Qué nos interesa la relatividad de Einstein, la física cuántica, la dualidad
onda-partícula o incluso conceptos más sencillos como los vectores o números complejos? Primero, por
curiosidad. Así es, el hombre es curioso por naturaleza. Nacemos con un deseo innato de querer saber más, de
investigar, no nos gusta quedarnos con la duda. Por eso a lo largo de la historia, hemos ido observando y
dándole explicaciones a los fenómenos que nos rodean, según nuestro entendimiento. Y en segundo lugar,
porque el conocimiento de los fenómenos de la naturaleza, nos permite buscar soluciones a los problemas, y
desarrollar técnicas que mejoran nuestro bienestar.
Y ¿Qué tiene que ver la Ciencia con la Tecnología? Mucho. Los conocimientos científicos son la base de la
tecnología. Por ejemplo, no se pudo crear un teléfono, sin partir del conocimiento de las ondas
electromagnéticas, de los átomos y los electrones. Así pues, la ciencia aplicada para resolver un problema, es lo
que llamamos tecnología. Una cosa siempre va de la mano con la otra.
La tecnología es todo aquello que el hombre hace, para satisfacer sus necesidades y mejorar sus condiciones de
vida, por medio de la modificación del entorno que le rodea. Pero para ello necesita de los conocimientos que le
aporta la ciencia, pues son los que le permiten crear y desarrollar las técnicas para solucionar los problemas que
le impiden lograr el bienestar, que no es otra cosa que el vivir bien.
Y como al hombre le gusta vivir bien, siempre está en la búsqueda, de mejores soluciones a los problemas, lo
que hace que surjan nuevas tecnologías que le podrán proporcionar lo que a su juicio es un mejor bienestar
Quien maneje la ciencia y por ende la tecnología, tiene un poder adicional sobre sus pares; pues tiene las
herramientas para solucionar más problemas, lo que potencialmente le traerá mayor bienestar, o como lo
hemos dicho antes, un mejor vivir. Así pues, si otros grupos no manejan tales conocimientos y quisieran lograr el
mismo nivel de vida o de bienestar, solo podrán hacerlo mediante la compra o negociación de tales tecnologías
y soluciones. Y ya que una característica de la tecnología es la modificación del entorno, o de lo elementos
naturales, entonces los intercambios se harán en base a materias primas que puedan usarse para crear los
artilugios tecnológicos.
Si miramos el mundo hoy día, encontraremos que los países más ricos y desarrollados son aquellos que
dominan la ciencia y la tecnología. Precisamente ese desarrollo tecnológico es el que les ha permitido
posicionarse en el mundo como naciones modernas, avanzadas y ricas, pues pueden sacar provecho de sus
conocimientos y vender tecnologías, o soluciones, a otros países. Los ejemplos sobran, los automóviles, o los
teléfonos celulares (te suena Samsung y Apple) son solo algunos de ellos.
Tener recursos naturales, como oro, petróleo, diamantes o agua dulce es importante, pero no hace a un país
rico. La capacidad de poder transformar esos recursos naturales en tecnologías y soluciones, es lo que
proporciona la verdadera riqueza. Miremos a Suiza. Un pequeño país montañoso en medio de Europa, y aun así,
con una economía y nivel de vida de primer mundo. O a Japón, una Isla devastada por la guerra, que pudo
recuperarse y resurgir como una pujante nación altamente tecnológica y avanzada, a pesar de sus escasos
recursos naturales. Estas naciones ricas no tienen el petróleo u oro de Venezuela, las esmeraldas de Colombia o
el cobre de Chile, entonces, ¿Cómo alcanzaron el desarrollo y su nivel avanzado de bienestar? La respuesta es
sencilla: con Ciencia y Tecnología. Así pues, no hay grandes depósitos de petróleo, oro o diamantes en Japón o
Suiza, pero han logrado desarrollar una industria científica y tecnológica de alto nivel, y venden sus productos y
soluciones a los demás países del orbe.
Es importante entonces, que nuestros países consideren a la ciencia y la tecnología como áreas prioritarias para
el desarrollo, y se dediquen los suficientes esfuerzos e inversiones económicas para promover el estudio y la
investigación en las universidades, y fomentar un ambiente que permita el emprendimiento y la libre
competencia. Después de todo, el conocimiento es poder, y es lo que muchos de nuestros países necesitan, para
poder ser integrados al selecto grupo de naciones desarrolladas y tecnológicamente avanzadas del planeta.
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